Muchas veces solemos sentirnos perdidos; normalmente es por
no tener claro nuestro próximo paso, el que formará parte del batallón de
pisadas que nos llevará a nuestra meta. También debemos tomar en cuenta que a
los que guiamos no los mueven o motivan los mismos objetivos que a nosotros.
No es productivo confundir lo que en realidad queremos,
tampoco pasar por alto qué deseamos. Empadronar los sueños es el primer paso de
la larga y divertida caminata que debemos emprender. Siempre recomiendo listar
los sueños y objetivos; profesionales y personales; a corto, mediano y largo
plazo.
Es importante soñar, pero para convertir un sueño en
realidad estamos obligados a despertar… quedarnos soñando sería nunca vivir tan
lindo pensamiento. La siguiente etapa, un vez despertamos, es planificar lo que
deseamos; luego debemos dar pasos para lograr el objetivo.
También planificamos logros para nuestros hijos; pensamos
que lo deseado para ellos debe motivarlos a dar los pasos: Buenas notas, estar
entre los mejores en algún deporte, etc. Nos sorprendemos cuando no consiguen
lo que queremos, pero muchas veces no nos preguntamos si en realidad ellos
desean lo mismo que queremos para ellos, o por lo menos, si está dentro de sus
prioridades.
Algunas cosas debemos hacerlas aunque no sean nuestra
motivación; para lograrlas les pongo decisión y disciplina. ¿Cómo ayudar a
nuestros hijos y colaboradores? Lo importante no será motivarlos, sino guiarlos
a lograr lo mejor sin intentar la perfección. Obtener resultados puede ser más
efectivo que buscar los mejores resultados.
¿Sería ser conformista recibir una nota buena y no excelente?
Para mí lo importante es donde me lleve esa nota. Si es importante para facilitarme
la entrada a la universidad creo que debe ser prioridad. Si la nota es solo
para satisfacer necesidades de autorealización, diría que debemos buscar una
motivación diferente, mucho más energizante, como explico en mi libro ¡Alcanza la Cumbre!
Buscamos resultados y eso nos motiva; el objetivo propuesto
no debería ser castigo (como el látigo utilizado para domesticar al burro). Pienso
que es mejor el método del pescado que le obsequiamos al delfín cuando aprende
o muestra un truco. Aunque tampoco estoy de acuerdo con las recompensas
otorgadas por realizar un deber… es peligrosa la costumbre de movernos por
premios. ¿Se atreve a encontrar un motivo que lo mueva o mueva a alguien a lograr
un objetivo?